Conejo al vino tinto con arroz meloso

Este es un plato producto de la improvisación. Eso de "venid cuando queráis, no es necesario que aviséis", esto tiene sus consecuencias. El caso es que adoramos a estos amigos  y saben que pueden venir cuando quieran, no necesitan invitación, lo que hay se reparte o se añaden unos granos.

Elaboración:

Lavamos, secamos y salpimentamos el conejo, lo reservamos.

Ponemos al fuego una cazuela que tenga un buen fondo y la cubrimos de aceite y mantequilla (ponemos sólo una cucharada, por si no es necesario añadir la segunda), cuando esté caliente, sin llegar a humear, echamos los trozos de conejo y los dejamos que rehoguen duran 5 o 6 minutos. Los sacamos a una fuente y reservamos.

Ahora ponemos todas las verduras partidas en trozos muy menudos, excepto el tomate, dejamos que poche todo muy lentamente, como 10 o 15 minutos minutos.

Pelamos el tomate lo partimos y añadimos al sofrito, dejándolo hacer hasta que se haya evaporado el agua que suelta.

Repartimos el arroz por la cazuela y lo rehogamos con las verduras, para que coja los sabores, hasta que veamos que está bien impregnado del sofrito.

Echamos los trozos de conejo y regamos la cazuela con el vino tinto, dejamos que evapore el alcohol. Ponemos la ramita de tomillo para que cueza todo junto.

Si ha quedado este sofrito muy seco, y la grasa brilla por su ausencia añadimos la otra cucharada de mantequilla. No dejamos de remover el arroz con una cuchara de palo, o de lo que sea, pero no dejar de remover, para que se nos haga cada vez más meloso.

Vamos añadiendo poco a poco el caldo de jamón, que tendremos caliente durante toda la cocción del arroz, hasta que éste esté a nuestro gusto, tanto en textura, como de cremosidad. Lo apartamos del fuego y dejamos reposar tapado unos 5 minutos, el tiempo de preparar una ensalada verde para acompañarlo.